Siguiendo con nuestro recorrido por algunos de los sitios y propuestas culinarias de nuestra ciudad, llegamos hasta La Victoria, al Oh, Calamares, un pequeño reducto del sabor nikkei en una zona con rezagos industriales pero una gran tradición familiar de respaldo, eso se nota a simple vista.
En efecto, el tramo para arribar a las inmediaciones de Balconcillo lo hicimos en el Metropolitano, lo que nos permitió llegar con rapidez y comodidad. La zona del cruce de la Av. Canadá con el Paseo de la República está dominada por la oficina de Requisitorias, emblemático edificio que inspira ciertamente distancia. A una cuadra de allí, en dirección a Lima está la Calle Las Ágatas, lugar que, como ya se mencionó, es un remanente de una zona industrial que poco atractivo le brinda, tan poco encanto como la de la fachada o las instalaciones del lugar mismo del restaurant, que de no ser por la pequeña fama que lo antecede, no atraería a mucha más gente de la que asiste, conformado básicamente por clientes acérrimos e incondicionales de la propuesta sabrosa de la cocina que se ofrece. Pero debe ser por todo esto que se lo llama "huarique", lo que no quita que sea importante mencionarlo con el ánimo de sugerir que evalúen la posibilidad de buscar algún local complementario, seguramente, pero más atractivo y angelado para que nuevos paladares prueben su sazón.
Ya en las mesas, el imperio del tallarín saltado se hace notar. Los comensales apostados, a modo de feligreses encomendados a la bendición universal de la flamas, se disputaban la manera de hacer notar su preferencia por la elección del platillo bandera. Ciertamente, es imponente en su presentación y el resultado es estupendo, un buen tallarín cuya distinción está en los trozos de pescado frito y rehogado en los jugos perfectamente flambeados del saltado, técnica y propuesta eminentemente nikkei.
Creemos que no cabe detenernos a comentar los demás platillos de la carta por ser solo platos que, a nuestro entender, cumplen con el propósito de alimentar mas no de sorprender.
Donde sí creemos que no cabe el ahorro de elogios es para uno de los platillos que, sin temor a equivocarnos, debe ser uno de los menos solicitados. Están detallados en medio de la carta y ostentan los precios más altos del lugar, pero por la expresión del mozo supimos entender que no suelen ser de los más mencionados entre comensales y cocineros, lo cual es una verdadera lástima, porque sin duda se trata de una experiencia casi mística.
Si el concepto del saltado y del flambeado es de por si una atractiva forma de conquistar paladares y doblegar voluntades, lo que suecede con el saltado de verduras y mariscos en salsa de ostión es sencillamente extraordinario. El fuego contribuye a lograr una magia inenarrable entre el jolantao y los pulpitos, enjugados todos en la universalidad de la salsa que, no hay duda en ello, gracias a la presencia china en el Perú y su fusión con nuetsra cocina se ha convertido en parte importante de nuestras preparaciones más cotidianas y se ha metido hondo en el gusto popular. Imprescindible darse el gusto de pedir este platillo.
Si nos detuvimos antes en mencionar el aspecto de tradición que se percibe en el lugar es porque probablemente sea un aspecto incorporado a la cultura organizacional de la familia Matsumoto Itokazu y de cómo han manejado su negocio a lo largo de los años. Cabe señalar que la tradición que debe preservarse debe ser la tradición culnaria que allí se mantiene, y en eso le damos nuestro respaldo a la labor que vienen realizando y por eso nos permitimos estas líneas con la mejor de las intenciones.
Resultado final:
Recomendable en sus propuestas de Tallarín saltado de pescado y Mariscos en salsa de ostión. Mejorable en aspectos complementarios, como local, decoración, servicio, renovación de carta, organización del trabajo. Buenos precios, en general. Platos bien servidos.
Buen provecho!
Visitar en:
Las Ágatas 154, Balconcillo, La Victoria
Teléfono: 2651384
Horario de atención: martes a domingo de 11 a 16 horas
No tiene página web
(Nota).- Nuestro equipo de redacción echó a perder las fotos tomadas, por lo que ofrecemos las disculpas del caso. La visita fue realizada el 28 de enero de 2011. El consumo corre registrado en la Boleta de Venta N° 0001-037925.
1 comentario:
Fuimos por el tallarín saltado (q siendo sincero, pensé q su especialidad era de lomo) pero terminamos rendidos ante el saltado de mariscos en salsa de ostión, simplemente delicioso!
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