domingo, 3 de enero de 2010

Un peruano que se engalana: El famoso caldo de gallina

Nuestra encuesta del mes de diciembre, dedicada a la sana redención que ofrecen caldos y sopas a las almas sentidas e indispuestas, ha arrojado como resultado un absoluto 50% de merecido reconocimiento al Caldo de gallina, un soberano de las mesas de todos los sectores y todos los menesteres.



Convertido ya en un clásico, el Caldo de gallina se ha convertido, acentuadamente en los últimos 20 años, en un platillo obligado a la hora de resurgir espíritus combativos y preparar nuevos ímpetus a las luchas por emprender, sean éstas de cualquier índole, desde las más atrevidas estrategias de seducción y embate sexual hasta las más nostálgicas representaciones de una adolescencia que se fue para no volver más.

Con una receta muy simple, que va a desempeñarse como cualquier fondo claro, el sobresaliente caldo de gallina precisa únicamente de voluntad y de haber conseguido, qué duda cabe, una buena gallina, de corral si es preciso.




Heredero de la teoría de la sustencia y propagador de las viejas leyendas sobre domesticación de animales, la sopa o caldo, y en especial, el de gallina, vino a encumbrarse como un necesario compañero del alba hacia la década del cincuenta del siglo pasado, no obstante habérsele encontrado orígenes más antiguos y conventuales que datan de la segunda mitad del siglo XVIII, como bien afirma la investigadora Cecilia Portella Morote.

Con una historia ligada íntimamente al despegue del criollismo y las criolladas costumbres limeñas, es el Mercado Central el primer escenario natural en el cual se desarrolla la primera historia de apogeo de nuestro Caldo, pasando rápidamente a encumbrarse y ser relicado por la creatividad de los limeños de extramuros, alcanzando un punto culminante en los setentas, cuando ya Lima no era más de los limeños únicamente. 

Creo que no hay debate en que uno de los mejores Caldos de gallina de la actualidad está en la cadena El Buen Sabor que, atendiendo 24 horas, ofrece a los súbditos de la noche, el manjar sustancioso que proviene de la señora gallina. Esta cadena peruana de restaurantes cuenta con locales en San Martín de Porres (Av. Habich), Lince (Av. Arenales) y Surco (Av. Benavides), es decir, para todos los gustos y todas las rutas. Hay quienes, sin embargo, prefieran detenerse en la Av. Aramburú, cerca de República de Panamá, a servirse uno tambièn de los más populares caldos de gallina.

Y si de gallinas viejas se trata, esas que ofrecen las mayores ventajas para extraerles los jugos, entonces, habrá que afilar la dentadura y las mandíbulas para acometer el precioso delito de moderla despacito y con calma, pero disfrutando. No olviden la canchita serrana, la cebolla china y el rocoto para darle sabor.

Buen provecho!

No hay comentarios: